9 de noviembre de 2013

Castigos o consecuencias

Siempre he pensado que con los castigos no se consigue erradicar la conducta indeseada. Sólo se consigue que el niño que sufre el castigo sienta rencor y no se sienta comprendido. Por tanto ¿Qué se consigue con el castigo?

Los castigos harán que tu hijo se quede en el problema, y se sentirá mal por ello. Proyectará la culpa en el quien le castiga y se comportará de la misma forma en futuras situaciones parecidas, sin haber encontrado en absoluto la solución. Un castigo es una frustración de quien lo impone por no saber encontrar unas vías más adecuadas. Tu hijo, estará enfadado, tendrá rencor y no aprenderá a cambiar su  comportamiento.


Las consecuencias, en cambio, hacen que tu hijo forme parte de la solución, asimilará su error, anticipará los resultados de su mal comportamiento y podrá actuar en consecuencia. De este modo desarrollará una buena autodisciplina y un criterio propio para poder afrontar las decisiones. Además de tener mejor autoestima y concepto de sí mismo.

Por tanto, no es lo mismo consecuencias de algo que ha ocurrido que un castigo. Cuando hablamos de consecuencias, hablamos de algo que ha hecho el niño y que como padres, hemos hablado con él, hemos intentado comprender qué es lo que ocurre, y de forma pactada entre adulto y niño se consensúan unas consecuencias para erradicar la conducta indeseada. En cambio, cuando hablamos de castigo, hablamos de un modelo de conducta agresiva que aprende el niño. Ya sea por violencia física o verbal, cuando se castiga a un niño, se hace enfadado, por tanto el niño aprenderá a responder agresivamente a las situaciones conflictivas.

Ejemplos de consecuencias: imagina que tu hijo no ha querido cenar después de llamarle varias veces. Se le avisa que si no acude a cenar, será retirada y sólo cenará un yogur. Si aún así no acude, pues se le retira la cena y se congela. Comerá un yogur antes de cenar y si no lo quiere nada. Pero tu hijo ha sido avisado y él ha decidido aceptar las consecuencias. O imagina que no ha querido ducharse, se le explica que sin estar limpio no se pondrá ropa limpia, así que al día siguiente irá al colegio con ropa sin lavar. Si él decide no ducharse, sabrá que al día siguiente la ropa no será limpia. 

Son preferibles las consecuencias a los actos producidos que los castigos indiscriminados. Y es que además, siempre hay alternativas para los castigos. 



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